Redacción: Edward Mordrake, nacido en 1896 en Inglaterra, es conocido por una de las anomalías más extraordinarias documentadas en la historia médica: un rostro adicional en la parte posterior de su cabeza, caso que fue sido objeto de innumerables historias de terror y mitos.
Esta condición, conocida como ‘duplicación craneofacial’ o ‘diprosopus’, es extremadamente rara y se caracteriza por la presencia de una estructura facial parcial o completa en la parte posterior de la cabeza, aunque el rostro adicional no tiene funciones completas como el control de los músculos faciales o la capacidad de hablar.
En el caso de Mordrake, el rostro adicional se decía que podía mover los ojos, sonreír y mostrar otras expresiones, pero no era funcional, y según los estudios, sus movimientos no estaban conectados al cerebro principal.
Cosas inquietantes
Se decía que este rostro le susurraba cosas inquietantes, contribuyendo a la angustia mental que Mordrake padecía.
Nunca quiso mostrar la cara trasera de su cabeza en público, pero según los relatos, esta cara tenía una expresión siniestra y malvada, que le susurraba cosas horribles a Mordrake en la noche, lo que le causaba un sufrimiento inimaginable.
La existencia de la segunda cara fue verificada por varios médicos y científicos de la época.
Los médicos de la época no disponían de la tecnología ni el conocimiento necesario para tratar su condición, y a los 23 años, abatido por años de sufrimiento psicológico y físico, Edward Mordrake acabó con su vida.
Se dice que Mordrake cayó en la locura y dejó una carta en la que rogaba que su segunda cara fuera retirada de su cuerpo antes de ser enterrado, ya que temía que la cara continuara susurrándole cosas terribles incluso después de muerto.
Fuente: National Geographic.